El patrimonio de la Ciudad de México es extremadamente rico y diverso debido a una larga historia que se sobrepone como capas por encima del tejido urbano desde la época prehispánica. Actualmente, es una de las ciudades más grandes del mundo y su patrimonio se refleja en su arquitectura, museos, sitios históricos, tradiciones culturales, sitios protegidos, gastronomía y mucho más. Esta cronología ha quedado evidenciada a través de distintos registros históricos. Sin embargo, el registro contemporáneo resulta escencial en momentos en donde estamos escribiendo la historia de forma inmediata con las distintas herramientas digitales.
En este sentido, durante los últimos años el fotógrafo mexicano Santiago Arau se ha dado a la labor de documentar desde el aire la vida en la Ciudad de México en donde ha registrado paisajes, conciertos masivos al aire libre, marchas y protestas, así como la periferia y los volcanes que la rodean para entender cómo se relaciona el patrimonio natural con el patrimonio construido en una urbe en donde los límites entre estos dos, se difuminan cada vez más.
Este arduo trabajo ha dado como resultado una muestra individual titulada "Patrimonio" que se presenta en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes en el Museo Nacional de Arquitectura de la Ciudad de México hasta el mes de enero 2024. El trabajo del reconocido fotógrafo muestra encuadres poco probables que sorprenden al espectador por tratarse de lugares comunes, en ocasiones también ofrece una crítica económica, política, ambiental y social. De manera paralela, se presenta un libro homónimo que marca una pauta en la historia del patrimonio arquitectónico del Valle de México.
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Santiago Arau: Ciudad de México en un minutoEl proyecto se compone de unas 200 fotografías, tomadas entre 2015 y 2023 cuyo propósito es explorar el patrimonio del Valle de México –su geografía y su cultura– y representar el estado de dicho patrimonio en el presente. La narrativa comienza con los volcanes de una ciudad rodeada y construida sobre ellos, además de presentarse los más conocidos como el Popocatépetl, esta búsqueda personal llevó a Santiago a descubrir algunos otros que se habían asimilado en el entorno urbano. Se muestran cráteres que albergan canchas de fútbol, campos de cultivo, basureros e incluso viviendas.
La investigación cambió mi forma de entender la relación entre la gente y los volcanes. Antes de fotografiarlos, los percibía como algo separado de la ciudad humana, elementos geológicos que flotaban por encima de la metrópolis. Ahora he sido testigo de las muchas formas en que los volcanes han sido incorporados y absorbidos por la ciudad, convirtiéndose en parte del entorno.
Actualmente, la Ciudad de México -antes conocida como Distrito Federal- se extiende sobre una monstruosa mancha gris de aproximadamente 1,485 km² sobre la región centro sur, conformando el 0.1% de la extensión total del país y limitando geográficamente con el Estado de México y Morelos. A pesar de que podría parecer un territorio minúsculo comparado con otros estados, este territorio lleva cinco siglos siendo el centro más importante a nivel nacional y uno de los más competitivos a nivel internacional.
Con casi 22.000.000 de personas, hoy en día la zona metropolitana del valle de México es considerada como una de las aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo. Esta ciudad es el principal centro turístico, educativo, cultural, económico y político del país, por lo que se presenta como uno de los mejores panoramas para encontrar grandes obras de arquitectura contemporánea pública
Se presenta un espacio de reflexión que busca convivir con el recinto y los murales permanentes de los pisos del museo. La historia que se cuenta parte del patrimonio natural como lo son los volcanes y los lagos, transitando al patrimonio construido en el periodo prehispánico, la conquista y la independencia; además se hace un breve recorido por el Siglo XX y XXI, cerrando con un espacio dedicado a la memoria.
El trabajo de Santiago Arau es una mirada sumamente necesaria que busca salir de lo digital a lo presencial, para hacer de la contemplación un acto corpóreo para detener el tiempo y mirar con profundidad estas fotografías a distintas escalas. Es necesario el acto de construir la memoria, de no olvidar, de presentar otras formas de mirar.
Mi intención aquí es mostrar aquellas cosas que se han restido al olvido. La ironía es que los lagos se desecaron para dar paso a la ciudad, pero sin ellos, la ciudad lucha por sobrevivir. Para mantener a sus veinte millones de habitantes, la Ciudad de México debe bombardear continuamente agua en el acuífero, un acto dramático que está provocando el hundimiento del suelo. Hoy, la ciudad se hunde. Una región antiguamente rica en agua está ahora desesperadamente sedienta.
La exhibición va acompañada de un libro homónimo que se puede adquirir directamente en el museo.
Me siento muy afortunado de poder hacer lo que siempre quise: contar historias con fotografías. Cada día, durante más de dos años, he pensado en este libro, en cómo armarlo, cómo resolver el rompecabezas editando textos y encontrando la secuencia correcta de fotos para ver la ciudad con nuevos ojos. He intentado narrar visualmente algunos acontecimientos, como el terremoto de 2017, los antimonumentos a los estudiantes desaparecidos y la crisis climática, permanentemente suspendida sobre la Ciudad de México en una forma de espesa contaminación atmosférica. Este libro se imprimirá en un momento en el que la tecnología ha acelerado a tal grado la velocidad de la vida que las experiencias fuera del ámbito digital son cada vez más escasas. Gracias por detenerse.
Para más información visita Santiago Arau.